EL TEOREMA DE LA DORIS FRAIJO

Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad… El mundo está loco. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…

Hacer el amor, despeina.

Reírte a carcajadas, despeina.

Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.

Quitarte la ropa, despeina.

Besar a la persona que amas, despeina.

Jugar, despeina.

Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.

Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…

Así que como siempre, cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado…

Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida. Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.

Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo: exige buena presencia: Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria…

Y quizá debería seguir las instrucciones pero ¿cuándo me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser!

Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser. Por eso mi recomendación a todas las mujeres :

Entrégate, Come rico, Besa, Abraza, Haz el amor, Baila, Enamórate, Relájate, Viaja, Salta, Acuéstate tarde, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte linda, Ponte cómoda, Admira el paisaje, Disfruta, y sobre todo,

DEJA QUE LA VIDA TE DESPEINE !!!!

Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.

martes, 4 de noviembre de 2014

Reacciones ante la infidelidad



Perdón, culpa, desconfianza, resentimiento crónico... son los sentimientos habituales
Para superar el dolor inicial del engaño hay que comprender y asumir la naturaleza humana.

-No es nada personal
-Miedo a ser invisibles
  
Como cada mañana, conectó el ordenador. En la pantalla apareció inesperadamente la cuenta de correo de su marido. “Recuerdo cada beso”. Esta frase, colocada como asunto de un e-mail, le saltó encima. Le invadió una sensación nueva de dolor al leer este y otros muchos mensajes entre él y una desconocida. Esos e-mails la colocaron en un planeta que giraba diferente. Un detalle temporal fue lo que más envenenó su cabeza. La historia parecía haber empezado cuando su hijo tenía seis meses.
La fidelidad es un invento de la evolución humana. Apareció con el mismo objetivo que todas nuestras conductas: asegurar la continuidad de los genes. Los humanos nacemos muy indefensos, vivimos una infancia prolongada pues necesitamos mucho tiempo para poder desenvolvernos por nosotros mismos. Así que la hembra cavernícola necesitaba a un macho a su lado para proteger a sus crías. Y surgió la fidelidad.
Desde un punto de vista biológico, la fidelidad está prácticamente asegurada cuando se está enamorado. En esa etapa no tiene mérito ser fiel, es lo que pide el cuerpo. Cuando el enganche hormonal se termina, incluso si queremos profundamente a esa persona, necesitamos de los valores, la programación social y la voluntad para continuar fieles.
Si las paredes de los consultorios psicológicos hablaran, seguro que podrían explicar muchas cosas sobre la infidelidad. No sólo contarían sobre el sufrimiento del sujeto engañado, sino también del dolor del infiel y de la tercera persona.
Al descubrir una infidelidad, las reacciones son muy distintas. Incluso hay quien se alegra (puede constituir una buena excusa para romper la relación sin remordimiento, por ejemplo). A pesar de la disparidad, existen similitudes emocionales entre algunos engañados:
Perdida de inocencia. “Mi pareja nunca me engañará”. ¿Cuántas personas se han tenido que tragar estas palabras? y ¿cuántas se mantienen convencidas mientras la realidad se ríe de ellas? Existe un fenómeno psicológico que lo explica: “el optimismo no realista”. Se produce cuando estimamos que la probabilidad de ser víctimas de un suceso desagradable es menor que la de otras personas. Tenemos tendencia a sentirnos invulnerables. Y en el tema de la pareja, también. Por eso, cuando uno se entera del engaño, el golpe es tan duramente inesperado. Se da cuenta de que ese amor no era tan especial, que es como el del común de los mortales.
Se mira a la pareja y no se le reconoce. No sabemos a quién tenemos delante. Ni siquiera se está seguro de la historia que se ha vivido, se mira hacia atrás y todo se reevalúa. “Me invitó a esa cena porque sentía culpa”, “me engañaba cuando decía que yo era el amor de su vida”… Todo se interpreta de otra forma, más real, sin edulcorantes.
El sufrimiento da buenas lecciones a quien sabe atenderlas. En este caso, una de ellas es darse cuenta de que el ego tiene que aterrizar desde las alturas. Percatarse de la necesidad de eliminar el pensamiento “esto-nunca-me-pasará-a-mí”. Si se consigue bajar al ego de allá arriba sin lastimarse demasiado, nos volvemos humildes; más sabios. Y esto ayuda a afrontar no sólo la infidelidad, sino también futuros golpes, tanto del mundo de la pareja como de otros ámbitos.
Interpretaciones simplistas. Los humanos necesitamos entenderlo todo. Y la increíble complejidad emocional que implica una infidelidad también se quiere meter en una cuadrícula. Y eso no sólo es absurdo por imposible, sino porque encima hace sufrir. “La primera pregunta es por qué. ¿Por sexo, por diversión, por amor, por oxígeno…? Es normal plantearse esta cuestión, pero hay que saber que a veces ni el propio infiel sabe por qué lo ha hecho. Queremos encontrar la lógica en el mundo emocional y ahí no la hay.
Una de las explicaciones simplonas que se da a la infidelidad es la falta de amor. Sin embargo, no hay ninguna investigación que muestre que esta premisa sea siempre cierta. Tal como cuenta el psicólogo Martín Camacho en su libro sobre infidelidad, todas estas opciones son posibles: parejas que se quieren y no se engañan; parejas que se quieren y se engañan; parejas que no se quieren y se engañan, y parejas que no se quieren y no se engañan. El amor y la fidelidad no siempre van de la mano. Así que debemos valorar y sopesar la importancia que se le da a los dos aspectos por separado.
Culpa. La simplicidad mental lleva también a buscar un único responsable. La culpa la otorga la estrechez de nuestras miras. A veces se acusa al infiel; otras, a la tercera persona, y otras, a uno mismo. Incluso la culpa se coloca en características concretas: “Se ha ido con otro/a porque estoy gordo/a”. Explicaciones limitadas que además actúan como una cuchilla afilada sobre la autoestima.
La infidelidad no duele sólo por el engaño, oscurece porque levanta una tapa que deja salir todos los complejos a flote. El peso, las habilidades sexuales, la capacidad de amar, la inteligencia… Con los complejos destapados, muchas personas engañadas huyen hacia delante. Rápidamente buscan a otra persona o perdonan a quien les ha engañado al instante, sienten prisa para volver a tapar la caja de los truenos. Desaprovechar la ocasión para mirar a nuestros complejos a la cara y trabajarlos es perder una gran oportunidad de aprendizaje.
-Video los puentes de Madison la mejor escena-



a revancha. Una reacción ante el engaño es la venganza. Pagar con la misma moneda. No son pocos los engañados que se lanzan a buscar un amante para desquitarse. Cuando las emociones se remueven tanto, las premisas que se esconden detrás emergen y pueden llevar a sitios interesantes. El problema quizá ha sido cómo se ha vivido, cómo se ha entendido la pareja: como una inversión de futuro. Hemos dado para obtener algo a cambio. Dos errores: invertir y esperar. Los sabios dicen que el fruto de las acciones está en sí mismas. Si se ama esperando algo, ya se está equivocado.
En el fondo la estafa se siente no tanto porque la pareja se ha ido con otra persona y nosotros no, sino porque él/ella ha sido feliz mientras la otra parte ha “invertido en la relación”. La mejor venganza no es ir a buscar un sustituto, sino ser felices.
Paranoias y espionaje. Al darse cuenta de que la persona que se tiene delante es capaz de mentir, se enfoca la realidad de forma distinta. Muchos detalles, nimiedades, se convierten en imanes que atraen la atención. Se puede vivir una paranoia y lo peor es mirar hacia delante y ver un panorama de desconfianza perpetua. Controlar se puede convertir en una obsesión. La pareja promete que nunca más va a ser infiel, pero no basta. La realidad es que el futuro nadie lo sabe. La vigilancia eterna es una opción que nos convertirá en desgraciados. La única salida es la confianza… ¿en la otra persona? No. En nosotros. Confiar en que, si en el futuro vuelve a engañar, sabremos encajarlo. Así que, en lugar de invertir en estrategias de vigilancia, la mejor salida es hacerlo en uno mismo, en las fortalezas de cada uno. Si la desconfianza se ha vuelto insufrible, siempre queda la opción de romper. Lo esencial es que la infidelidad ayude a crecer ya sea juntos o por separado.
Oasis. Los humanos somos cómicos. Algunas parejas dicen que el mejor sexo lo han disfrutado después de enterarse de la infidelidad. Notan como un rebrote del enamoramiento. La culpa del infiel, mezclado con el miedo a que se rompa la relación, con sesiones de charla profunda sobre la pareja… forman un cóctel emocional y afrodisiaco. En los casos que existe este acercamiento sincero, la relación, lejos de romperse, se fortalece, siempre y cuando esta nueva proximidad se riegue para que no quede en un mero espejismo.
El perdón. Es el único final feliz de una infidelidad. Perdonar no significa forzosamente reconciliarse. Se puede perdonar y seguir; perdonar y romper. Disculpar significa hacerse un regalo a uno mismo. Quitarse el resentimiento de encima. El resentimiento no superado convierte la infidelidad en un dolor crónico. Perdonar significa pasar página. No es algo que se pueda hacer instantáneamente. El dolor inicial no lo quita nadie. Para superar el resentimiento, para pasar página, se debe subir un escalón, hay que mirar la situación desde más arriba. Abrir el angular, comprender la naturaleza humana y sobre todo asumirla. La vida es así, compleja, emocional, inesperada.
 La infidelidad levanta una tapa que deja salir todos los complejos a flote"
Jenny Moix Queraltó


La pareja no se apoya sobre la permanencia
del amor y de la sexualidad, sino sobre
la permanencia de la ternura”
Kostas Axelo






jueves, 31 de julio de 2014

LA LEYENDA DEL HILO ROJO




Los japoneses tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique.
Esta leyenda surge cuando se descubre que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones; es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de los sentimientos. Por eso también el hecho de hacer promesas en algunos países al entrelazar estos dedos con el otro.
La historia en sí cuenta que entre dos o más personas que están destinadas a tener un lazo afectivo existe un «hilo rojo», que viene con ellas desde su nacimiento. El hilo existe independientemente del momento de sus vidas en el que las personas vayan a conocerse y no puede romperse en ningún caso, aunque a veces pueda estar más o menos tenso, pero es, siempre, una muestra del vínculo que existe entre ellas.HISTORIA
Una de las leyendas sobre este hilo rojo cuenta que un anciano que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan.
Pero la leyenda más popular y la que se recita en casi todos los hogares japoneses a los niños y jóvenes es esta:
- Hace mucho tiempo, un emperador se entero de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa que tenia la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mando traer ante su presencia.
Cuando la bruja llegó, el emperador le ordeno que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que seria su esposa; la bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevo hasta un mercado en donde una pobre campesina con una bebe en los brazos ofrecía sus productos.
Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invito a ponerse de pie e hizo que el joven emperador se acercara y le dijo : “Aquí termina tu hilo” , pero al escuchar esto , el emperador enfureció creyendo que era una burla de la bruja , empujo a la campesina que aun llevaba a su pequeña bebe en los brazos y la hizo caer haciendo que la bebe se hiciera una gran herida en la frente , ordeno a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Muchos años después, llego el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda y el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entro al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente.
Al levantarle el velo vio por primera vez que este hermoso rostro …. …. …. …. tenía una cicatriz muy peculiar en la frente. “
Una cicatriz que él mismo había provocado al no ver al destino que había pasado frente a él y también nos muestra como los amores destinados son eso, no podemos escapar de la persona que nació para amarnos.
Siendo menos fantasiosos….
Paulo Coelho dijo:
“Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos… Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella…
Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderás siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y les impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejará de intentarlo… Se rendirán y buscarán a esa otra persona que acabarán encontrando.
Pero les aseguro que no pasarán una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más…
Todos saben de qué estoy hablando, porque mientras estaban leyendo esto, les ha venido su nombre a la cabeza.
Se librarán de él o de ella, dejarán de sufrir, conseguirán encontrar la paz (le sustituirán por la calma), pero les aseguro que no pasará un día en que deseen que estuviera aquí para perturbarlos.
Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias”
Recuerda:
“UN HILO ROJO INVISIBLE CONECTA A AQUELLOS QUE ESTÁN DESTINADOS A ENCONTRARSE, SIN IMPORTAR TIEMPO, LUGAR O CIRCUNSTANCIAS. EL HILO ROJO SE PUEDE ESTIRAR, CONTRAER O ENREDAR, PERO NUNCA ROMPER”.
  


http://elacorazado.com.mx/la-leyenda-del-hilo-rojo/

domingo, 13 de julio de 2014

¿SABES COMO FUNCIONAN LAS CONSTELACIONES FAMILIARES?

Constelaciones Familiares en Hermosillo
Talleres y consultas.
Dr. Marco Antonio López Escalante
malopez_19@hotmail.com
Consultorio 2146528
Cel. (662)2009992





jueves, 8 de mayo de 2014

LA EMANCIPACIÓN


Por: Susana Valdés Levy.

Mi tía tenía muchos problemas. Había estado ganando peso y perdiendo pelo. No dormía, se mordía las uñas y rechinaba los dientes. Era irritable, gruñona y amargada. Hasta que un día, de pronto, ella cambió. La situación estaba igual, pero ella era distinta.

"Vieja-dijo su marido- llevo tres meses buscando trabajo y no he encontrado nada, voy a echarme unas cheves con los amigos."-Ah, okey.-Contestaba mi tía. Ya encontrarás.

"Mamá -dijo mi primo- troné todas las materias en la facultad."-Ah, okey. -Respondió mi tía. -Ya te recuperarás y si no pues repites el semestre. Pero te lo pagas tú.

"Mamá- dijo mi prima- Choqué el carro."-Ah, okey. -Suspiró mi tía. -llévalo al taller, busca como pagar y por lo pronto muévete en camión.

"La Nuera llegó diciendo a su suegra, que siempre la fustigaba, con veliz en mano, -vengo a pasar unos meses con ustedes." -Ah, okey. -dijo mi tía. -Acomódese en el sillón y agarre unas cobijas del clóset de blancos.

Todos se reunieron preocupados al ver estas "no reacciones" de mi tía. Sospechaban que hubiera ido al médico para que le recetara unas pastillas de Valemadrina de 1000 mgs. Seguramente también estaría ingiriendo una sobredosis.
Propusieron hacer una "intervención" a mi tía para alejarla de cualquier posible adicción que tuviera hacia algún medicamento anti-encabritamiento.

Pero cual fue su sorpresa, que cuando se reunieron en torno a ella, mi tía explicó:

"Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que cada quien es responsable de su vida, me tomó años descubrir que mi angustia, mi mortificación, mi depresión, mi coraje, mi insomnio y mi estrés, no solo no resolvían sus problemas sino que agravaban los míos.

Yo no soy responsable de las acciones de los demás, pero sí soy responsable de las reacciones que yo exprese ante eso. Por lo tanto, llegué a la conclusión de que mi deber para conmigo misma es mantener la calma y dejar que cada quien resuelva lo que le corresponde.

He tomado cursos de yoga, de meditación, de Milagros, de Desarrollo Humano, de Higiene Mental y de Programación Neurolingüística...y hay un común denominador, finalmente todos conducen al mismo punto...eso es que yo solo puedo tener injerencia sobre mi misma, ustedes tienen todos los recursos necesarios para resolver su propia vida. Yo solo podré darles mi consejo si acaso me lo pidieran y de ustedes depende seguirlo o no.

Así que de hoy en adelante, yo dejo de ser el receptáculo de sus responsabilidades, el costal de sus culpas, la lavandera de sus remordimientos, la abogada de sus faltas, la depositaria sus deberes o su llanta de refacción para cumplir sus responsabilidades.

Los declaro a todos adultos independientes y autosuficientes."

Todos se quedaron mudos. Ese día la familia comenzó a funcionar mejor...Porque cuando mamá está bien, todos en la casa sabrán lo que les toca hacer.

Envejecer es obligatorio, crecer es opcional..

lunes, 13 de enero de 2014


Aquel que no ha fracasado, es porque nunca ha intentado algo nuevo.

EXISTIR CON ÉXITO

Dicen las voces de diferentes “maestros” que mientras continúes siguiendo a los demás, nunca podrás adelantarte y sacar ventaja.
¿Será entonces que debemos ser diferentes y originales para alcanzar el éxito? Y si es así, entonces ¿ser exitoso es ser mejor que los demás? Tener el mejor reloj, la casa más grande, la cuenta de banco más gorda, el coche más caro, la ropa de mejor marca… ¿Eso es tener éxito? Y ¿qué pasa con saber amar de verdad? ¿Qué pasa con saber dar de verdad? ¿Qué pasa con saber ser feliz de verdad? 

Recuerdo hace algunos años cuando el éxito tocó a mi puerta con una gran fuerza. Al día siguiente del estreno de Diseñador Ambos Sexos tenía más de 30 recados en mi casa y el buzón del celular estaba lleno. Muchas de esas llamadas eran de personas que nunca habían llamado. A algunos ni siquiera los conocía. Esa noche Joaquín López Dóriga anunció en su noticiero de la noche que el programa había roto records de raiting y se dirigió a mí felicitándome muy cordialmente. Después de eso, todos los medios querían entrevistarme, fotografiarme, tenerme en sus espacios de televisión. Sin duda alguna mi trabajo y el de mis compañeros estaba en boca de todos. Recibíamos invitaciones para ir a los mejores eventos y en todas las revistas y medios de información se hablaba de lo maravillosos y exitosos que éramos. Jamás había salido en tantas portadas de revistas, y de pronto era considerado hasta un símbolo sexual. ¡Wow! Tener éxito hace que hasta los demás te vean diferente de lo que te veían semanas antes.

Como consecuencia de lo sucedido mi ritmo de trabajo se incrementó al triple. Teatro, programa de TV, cine, viajes. Apenas y tenía tiempo para mal dormir y mal desayunar muy rápido en mi casa y regresaba a altas horas de la noche sintiendo un vacío terrible dentro de mí. Me dividía en tres para poder hacer todo durante el día. Dejé de escuchar mi voz interior y me dediqué a escuchar las voces del exterior.
Los comentarios de adulación hacia mi persona no me daban paz. El recibir más dinero y tener acceso a una mejor calidad de vida, no me acercaba más a mi mundo espiritual, al contrario. Empecé a sentir una necesidad de querer más de todo y “ese todo” por lo general era lo más caro. Fueron muchos meses de un vacío absoluto. Y fue ahí cuando el universo conspiró para que todo terminara (incluyendo mi matrimonio) y yo a fuerza de perderlo todo, volviera a encontrarme poco a poco conmigo mismo.

La Secretaría de Hacienda congeló mis cuentas. Viví con una lata de atún y un yogurt al día durante un par de meses. Llegué a pesar 60 kilos, pero poco a poco y día con día mi alma iba engordando. ¡Cómo! Sí, mi alma engordó mientras mi piel y mis músculos enflacaron.
Siempre he creído que cuando llegan momentos como éste, se está abriendo una puerta inmensa y se nos está haciendo una invitación para crecer, para crecer de verdad. Hay quién prefiere no abrirla y perderse hasta no volver a encontrarse, y hay quiénes hacemos una pausa y tratamos de escuchar lo que nos están queriendo decir. 

Para no volverme loco en esos meses tan difíciles , me inventé un horario como los de la escuela. Me levantaba muy temprano a meditar una hora. Me bañaba, desayunaba mi yogurt y hacía el “quiaser”. Al limpiar la casa imaginaba que lo que en realidad estaba limpiando era mi espíritu, y así de esa manera lo hacía de manera muy dedicada. Después de limpiar, era tiempo de estudiar 6 horas. Soy un afortunado, y poco a poco me he ido haciendo de una gran colección de libros extraños y espirituales y ocultos y de sabiduría antigua… Todos ellos me ayudaron a volver a mí. Los días pasaban y yo me hacía más fuerte. El teléfono no sonaba más, nadie quería hablar conmigo, y fue en ese silencio donde pude volver a escuchar esa voz interior. Fue en ese silencio donde pude volver a sentir paz. Ir nuevamente adentro me ayudó a encontrarme de nuevo…

Han pasado 12 años. El teléfono ha sonado y a dejado de sonar muchas veces. Los flashes han vuelto y se han ido. Las palabras y frases aduladoras van y vienen. Y mi voz interior no se ha callado.

Hacer las cosas bien y arriba del promedio te traerán como consecuencia el éxito en tu vida laboral. Caerte y saberte levantar te lo traerán sin duda en tu vida espiritual. 
Hay que aprender a pasar las pruebas que se nos van apareciendo en el camino y continuar hacia delante.

Hoy sólo sé que sin importar lo que digan los demás al que debo tener satisfecho es a mí. Mientras esa voz interior no se queje, quiere decir que lo estoy haciendo bien. Mientras esa voz siga existiendo y yo siga aprendiendo a escucharla, sabré dar pasos firmes.
Y trato siempre que puedo no sólo de amar lo que hago, sino de encontrar el amor en lo que hago. Cuando lo logre de verdad, podré decir que he alcanzado el éxito.


Y tú, ¿existes con éxito o tienes éxito sin existir?

Héctor Suárez Gomís