Puedes cambiar tu vida si cambias tu forma de pensar, todo
el mundo tiene problemas y en el fondo todos son iguales, salud, dinero,
trabajo, relaciones, creatividad, eso lo abarca todo, todos encajan en alguna
de estas categorías a veces en dos o en tres, y puede haber muchas soluciones
distintas para ayudar en cada una, pero he descubierto que hay una que es casi
magia, si te concentras en ella funcionará sea cuál sea el problema.
Es aprender a quererte a ti mismo, es decir, liberarte del
odio por ti mismo que guardas en tu interior. Todos tenemos que vivir la vida,
nos han educado con el “NO” y el “PARA” esas son las primeras cosas que
aprendemos, después vienen “No hagas eso” y “Has lo que te mando”, y cuando crecemos no sabemos quiénes somos,
pero tratamos de amoldarnos a las reglas y eso, al final, no funciona.
Hay que sacar toda esa basura y asumir que somos
maravillosos tal y como somos.
Sí, podemos cambiar. Y si lo hacemos con amor los cambios
serán positivos, si siempre nos autocastigamos, nos mortificamos, nos llamamos
estúpidos, “Hay que tonto soy” entonces los cambios serán negativos, y siempre
el mismo ciclo.
Cuando utilizas la palabra “debería” como en “debería hacer
esto” pero luego no lo haces, te mortificas, es otra cosa más que te hace
pensar, que no eres lo suficientemente bueno porque no puedes hacerlo, intenta
entonces concentrarte en el “debería” es importante que la gente empiece a
sustituirlo por la palabra “Podría”
podría hacer esto, podríamos
hacer aquello, podría haber hecho esto.
De esa forma no te engañas. Es un cambio muy sencillo que supone una gran diferencia.
Escucho las palabras que eligen las personas al hablar, como
forman y unen las frases, que
inflexiones hacen, ¿es un buen día? o, es un buen día… o, es un buen día!, hay mucha
literatura al respecto pero yo me he preparado durante mucho tiempo, para
escuchar y oigo más de lo que la gente cree,
hay algo que puede hacer la gente para que sean más conscientes de lo
que dicen, y se llama “Concienciación” ser consciente de lo que haces,
la gente debe espabilarse desde la mañana, que piensen cuando se están
despertando, antes de abrir los ojos, “¿en qué pienso?” “¿cuál es mi primer
pensamiento?” “¿es un pensamiento
negativo?” “¿me va a sacar a rastras de la cama porque no quiero?” o “¿es un
pensamiento neutro?” ¿Algo me hace
sonreír?”.
He aprendido a decir “Gracias cama por una noche de sueño
reparador. Ha sido estupendo. Y ahora voy a pasar un día maravilloso”. Y
entonces, abro lo ojos, normalmente sonriendo. Después cuando pongo los pies en
el suelo, no pienso “Uf” pienso “¡Sí!”
después voy al espejo y hago lo segundo, algo que nadie quiere hacer al
principio pero que funciona muy bien, digo mi nombre “Doris, te quiero, te
quiero mucho”. Es una forma de empezar el día, después ya puedes hacer “pis”.
Hay que hacerlo primero para definir el tono del día.
El “Ding” interior, lo tengo aquí, justo en el plexo solar,
es la intuición, te dicta lo que debes hacer, la intuición es mi amiga, en
lugar de considerarla una mera emoción o pensamiento, es mi amiga y escucho lo
que me dice, si es no, no debo hacerlo y si es sí, ¡pues sí! Con los años me di cuenta de que si
no le hacía caso me arrepentía, al final aprendes a fuerza de equivocarte de
que lo que funciona, funciona.
Cuando no sepas que hacer, siéntate, cierra los ojos,
relájate y pide ayuda “Necesito ayuda en este momento porque no tengo ni idea
de cómo resolver esto” “No sé qué decirle a esta persona para ayudarla” “No sé
cómo hacer sentir mejor a esta persona” etc.
No debemos tener miedo a admitir que no lo sabemos todo,
todo el mundo puede hacerlo ante cualquier problema. En esta época, ¿con qué
frecuencia nos calmamos y nos adentramos en nuestro interior? La mayoría de
nosotros no lo hace. Tampoco nos relajamos, relájese, relájese, desconecte el
teléfono, apague el celular, el ipad, la computadora, la televisión, vaya a un
lugar tranquilo, muchos de nosotros en realidad entrenamos para estar rodeados
de ruido, debemos relajarnos y pedir ayuda a nuestra sabiduría interna que nos
conecta con la sabiduría universal y después actuar según lo que tu intuición
te dicta aunque parezca una locura.
Cuando nos relajemos nos adentremos en nuestro interior y le
pidamos a esa parte sabia de nosotros que nos de cierta información, cuando nos
diga que hagamos algo que parece una locura o tonto, o algo que de algún modo
sea potencialmente incómodo, hagámoslo de todos modos.
Cuando las lágrimas nos brotan de los ojos estamos
conectados con la verdad, es la voz de tu alma que habla contigo.
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