EL TEOREMA DE LA DORIS FRAIJO

Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad… El mundo está loco. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…

Hacer el amor, despeina.

Reírte a carcajadas, despeina.

Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.

Quitarte la ropa, despeina.

Besar a la persona que amas, despeina.

Jugar, despeina.

Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.

Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…

Así que como siempre, cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado…

Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida. Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.

Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo: exige buena presencia: Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria…

Y quizá debería seguir las instrucciones pero ¿cuándo me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser!

Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser. Por eso mi recomendación a todas las mujeres :

Entrégate, Come rico, Besa, Abraza, Haz el amor, Baila, Enamórate, Relájate, Viaja, Salta, Acuéstate tarde, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte linda, Ponte cómoda, Admira el paisaje, Disfruta, y sobre todo,

DEJA QUE LA VIDA TE DESPEINE !!!!

Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.

sábado, 1 de junio de 2013

PALABRAS SUELTAS

Cuando escribo tengo la fantasía de que en el momento en que tus ojos descubren mis palabras, por un mágico instante en el tiempo... estamos juntos. Por un momento, cuando alguna de mis palabras te hacen sentir, sientes lo que yo estoy sintiendo o lo que sentí al escribirlas, y entonces, por un pequeño espacio de tiempo, los dos sentimos lo mismo y estamos, aunque lejos, acompañándonos... Platicando

Creo en la originalidad de cada una de las personas y constantemente celebro las diferencias que existen entre cada uno de nosotros. El mundo ideal para mi, sería aquel donde todos celebráramos precisamente esas diferencias que nos hacen únicos y originales; un mundo lleno de judíos, cristianos, mormones, altos, bajos, gordos, flacos, heterosexuales, homosexuales, rubios, negros, blancos, pelirrojos, de todos los gustos y de todas las formas, siempre distintos, siempre diferentes, pero en el fondo, en espíritu... siempre iguales.

Con el paso del tiempo he descubierto que, de alguna manera que no logro entender, todos somos uno y en el fondo de nuestra alma somos indiscutiblemente iguales, venimos del mismo lugar y vamos a parar al mismo lugar; tenemos los mismos deseos de ser felices, de ser amados y de amar; tenemos las mismas necesidades de compartir con los demás logros, alegrías, penas y miserias; tenemos la necesidad natural de hacer amigos, así como de estar solos en momentos específicos.


Tenemos la misma risa, que aunque se exprese de diferentes formas, en el fondo, se dispara con las mismas alegrías; tenemos el mismo llanto que la mayoría de las veces se siente con la misma intensidad y con el mismo dolor.

Todos nos sentimos pequeños ante la muerte, y todos, absolutamente todos, nos emocionamos ante el amor. Y es increíble como al alma no le importan las nacionalidades ni las fronteras; al amor, al dolor y la felicidad poco les importa si eres pobre, rico, si eres político, un doctor o un enfermo. Ante la belleza de un cuerpo o de un alma, ante el roce de las manos de la persona que amas sobre tu piel, el estómago se sume y el corazón se acelera, seas mexicano, árabe, tailandés o hawaiano. El placer de hacer el amor amando, no conoce de religión, de sexos, de edades o de clases sociales. Somos milagrosamente tan distintos y a la vez tan iguales; y sólo estamos aquí de paso, compartiendo nuestra estancia... Nuestra brevísima estancia en esta tierra.
 
¿No es increíble que a pesar de tantos años de existir en el planeta no hayamos aprendido todavía a respetar nuestras diferencias? ¿No es increíble cómo a pesar del pequeñísimo tiempo de vida que tenemos cada uno de nosotros, en vez de celebrar esas diferencias, las condenamos? Vivimos toda una vida tratando de ser como otros, o tratando de que otros crean en lo que creemos nosotros, o que los demás se comporten como nos comportaríamos nosotros; cuando la verdadera igualdad va más allá de eso. La verdadera igualdad del hombre es de espíritu y sentimiento.

Vamos muy rápido, vamos demasiado rápido, la vida es tan corta y aún así, nos dejamos atrapar por el torbellino de la rutina, nos paralizamos ante una sociedad que nos juzga, nos condiciona y nos condena. ¿Cuántas veces nos damos tiempo para platicar, para conocernos, para compartir algo más que las pláticas triviales y cotidianas? ¿Cuántas veces nos damos el tiempo de sentarnos y aprender de nuestra igualdad y de nuestras diferencias? ¿Cuántas veces nos mostramos como realmente somos; sin máscaras y sin miedos? En cambio, nos alejamos, nos escondemos, nos disfrazamos y nos lastimamos constantemente. Son pocas las ocasiones en las que verdaderamente nos damos tiempo de compartir "apuntes", de comentar lo que se ha aprendido de lo que hemos vivido.


¿No sería maravilloso revisarnos nuestros apuntes? ¿Prestarnos las notas? ¿Transmitirnos las experiencias, miedos amores, frustraciones y anhelos que nos han hecho lo que somos ahora? Y no sólo para dar un consejo, para presumir o para compadecernos, no, al platicar, al expresarnos, nosotros aprendemos de nosotros mismos tal vez más de lo que nuestro interlocutor pueda aprender de nuestras vidas. Porque hablar y platicar de nuestras experiencias desde el fondo del corazón es una manera de hacer resumen, de revisarnos y sobre todas las cosas, de "pasarnos en limpio". Y en la vida hay tantas veces en las que nos vendría tan bien "pasarnos en limpio”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario